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domingo, 31 de octubre de 2010

¿QUIEN SOS?

Como cuidando su casa, está Tina mi vecina
inquieta y con muchos nervios, espera siempre en la esquina
Nunca le conocí un novio, pero la maternidad llegó
seguramente de paso alguien la enamoró
Es amiga de los niños, con ellos hace buen liga
su familia grita por ella, si no viene la castigan
Menudita y muy peluda, pero de buen corazón
moviendo siempre la cola, para algunos es un bombón
Aprendimos a quererla, sin saber de donde vino
es la perrita graciosa,  de nuestros queridos vecinos.

ROTARY - LA ENSEÑANZA QUE NOS LEGARON

Cuando Paúl Harris reunió, tres amigos de confianza
seguro jamás pensó, el futuro de esperanza
Un sastre, un ingeniero y un ilustre comerciante
acompañaron a Paúl, en esta idea brillante
Rotary lo llamó,  por la rotación de reuniones
pero pronto se sumaron, más socios emprendedores
Una idea tenía clara, cuando reunió  esta gente
un buen grupo de ayuda, siempre lo tuvo en la mente
Como reguero de pólvora, llegó a todos los rincones
el ideal de servicio, germinó en los corazones
Dar sin pensar en  retorno, era su primera meta
unidos por esta lucha, todos juntos se comenta
Rotary es nuestra casa, es nuestro segundo hogar
olvidemos los colores, ya vamos a trabajar
La rueda con sus seis rayos, siempre nos representa
con orgullo la llevamos,  nos miran y se comenta
No olvidemos la campana, con orden y disciplina
el sonar nos encamina, nuevamente en la rutina
Con el mazo y la bandera, el simbolismo completo
la tenemos siempre presente, ellas imponen respeto
La prueba y el objetivo, nos ilustran lo correcto
la debemos conocer, mejoremos el trayecto
Rotario es un sentimiento, que debemos divulgar
la ayuda a nuestro prójimo, siempre la haremos llegar
Gritaremos siempre fuerte, soy rotario por convicción
sembraremos la semilla, del amor y la pasión
La familia rotariana, la amistad supo forjar
con la mente siempre puesta, al prójimo cobijar



NO PUDE CON EL

Esa noche era mi peor enemigo. Se burlaba de mí y cada minuto que pasaba era mayor mi enojo. Mis brazos se movían para todos los lados, sin rumbo y luchando en el afán de lograr mi victoria.- No era justo que cuando aparecía la calma, nuevamente se lanzaba al ataque.-
Astuto, y un luchador sin tregua. Claro la oscuridad era su aliada, y mi torpe   accionar una ventaja.-
Pasaron las horas, y entregué mi lucha. Entonces me dije: no es posible que un simple mosquito arruine mi descanso, y traté de dormir.-

QUIERO SER PRESIDENTE(1ra. parte)

              En una familia de muy pocos recursos de nuestra sociedad, nació Pancho. Es el hijo menor y el quinto del concubinato de la Chola, con el Pocho. En una modesta vivienda, ubicada en un asentamiento  marginado de la Ciudad, vive esta familia. El Pocho sale todos los días con su carro en busca de una changa, los niños mayores piden una moneda por las calles, y la Chola, trabaja de doméstica, en alguna ocasión.
     Desde muy pequeño Pancho escuchó en su hogar, los comentarios de la marginación, la pobreza, la indiferencia, la supremacía de algunas clases sociales, las presiones del poder.
   Recién cuando tuvo siete años, pudo concurrir a la escuela. Como era tradición en los primeros días de clase, la maestra consultó a cada uno de sus alumnos, que pensaba del futuro de sus vidas, qué actividad u oficio le gustaría desarrollar. Cuando te tocó el turno a Pancho, él respondió: “Quiero ser presidente”. La maestra hacía mucho tiempo que no escuchaba esa respuesta tan contundente, y le contestó: “Para eso Pancho, debes estudiar mucho, para tener la capacidad de dirigir un País”. El niño bajó su cabeza, no expresando ningún comentario.    Pero su estadía duró poco en la escuela. Su padre había enfermado y él debía ayudar a sus hermanos, en las tareas con el carro. Todos los días bien temprano va en busca del caballo, lo ataba al carro, y salía con sus dos hermanos mayores, a hurgar en los residuos domiciliarios, para luego clasificar y hacer un dinero para llevar a su hogar.
   Su padre enfermo continuaba en el hospital, con una penosa enfermedad que lo mantenía alejado de la familia, por mucho tiempo.
   A Pancho le gustaba averiguar y conocer situaciones nuevas. Tenía cortos diálogos con personas mayores, pero en su cabecita grababa a fuego, todas las injusticias y los momentos críticos, que encontraba en su camino. La vida lo había puesto a prueba con solo ocho años.
   Un día pasaba por una casa, y en el patio exterior dos niños jugaban a la pelota. Lo miraron con gesto de repugnancia, toman su pelota y se dirigen a él: “¿Tú quien eres?, “Yo soy Pancho”, ¿Por qué te vistes de esa forma? “Es porque debo trabajar en el carro de mi padre, y además es la única ropa que tengo”. Los niños ricos seguían con curiosidad la presencia de Pancho. ¿No vas a la escuela?, le preguntaron. “No tengo tiempo, debo trabajar” contestó Pancho. El interrogatorio seguía ¿Si no estudias que vas hacer?, la carita de Pancho cambió de expresión y les contestó “Quiero ser Presidente”.
     Una prolongada carcajada de los niños, para  luego entrar a su domicilio.
    Los hermanitos de Pancho, lo esperaban en el carro para seguir el recorrido. Al llegar a su casa, se encuentran que su madre estaba en el hospital.  Su padre estaba muy grave y no quería moverse de su lado. Este es el primer golpe duro que recibe Pancho. Un servicio fúnebre gratis, una sepultura en tierra, unas pocas flores y una inscripción, con su nombre y fecha de fallecimiento.   Esa noche los seis abrazados lloraban en silencio. Mañana la cruel realidad, golpearía nuevamente en el rostro de cada uno de ellos.  Un vecino que conoce la situación de esta familia, se acerca ofreciéndole a Pancho trabajar como mandadero de su almacén.
   Al otro día comenzará su nueva experiencia, llegando muy temprano a la provisión del  tano Ángelo. Este buen hombre se sienta a charlar con su nuevo dependiente.
 – “¿Por qué dejaste la escuela Pancho?
 – “Tengo que trabajar todo el día”
 – “Debes aprender a leer y escribir”
 – “Para que”
 – “Bueno, la vida cada día es mas exigente, y te pone a prueba. ¿Has pensado en  tu futuro?
   Nuevamente tu rostro cambia ante la pregunta de Don Ángelo y le responde: “Lo tengo decidido, Quiero ser Presidente”
 – “Bueno cada chico pone en la primera magistratura, la admiración y el respeto que se merece……O no es así”
   El chico baja la cabeza, y no contesta.        El joven mandadero toma una canasta, y comienza el reparto domiciliario a los clientes de la provisión. Comienza a conocer mucha gente, diferentes puntos de vista, personas agradables, otras no tanto, y empieza a ver el mundo con otra óptica. Se da cuenta que muchas actitudes que le parecían perjudiciales en su medio anterior, hoy debía manejarlas y medirlas con otra vara. Ya no es el niño hurgador,  que le tiraban con una bolsa de basura; hoy visita talvez esas misma familias, pero va en hombre de Don Ángelo, el comerciante del barrio.
   Tenía necesidad de aprender los nombres de los productos que repartía, sus marcas, sus contenidos, su procedencia, etc. Por lo tanto comenzó la escuela nocturna. Primer grado, maestra cansada de correr el día entero para llegar a la nocturna, y  muchas veces llegaba de mal humor. No le agradó el ambiente de la clase y solamente lo retuvieron en la escuela seis meses. Pero fue lo suficiente, como para iniciarse en el arte de la lectura.   Los titulares de los diarios, la propaganda frenética del consumo, lo hacían reflexionar por las noches. Su familia no salía de la pobreza, entregando su dignidad a diario.
  Un día cuando llega a su trabajo, el patrón lo llama a un apartado del comercio: “Mira Panchito,…los clientes cada día son más exigentes, y quieren la mercadería lo más rápido posible.”
   – “¿Porque no va al grano Don Ángelo?”
   – “Bueno en realidad ayer se ofreció un chico, que tiene una motocicleta, y me pareció bien contratarlo”
  – “Muy bien, con pocas palabras nos hemos entendido. Me arregla lo que me debe, pero no olvide que yo – Seré Presidente”
   Cada vez más convencido de la injusticia del poder, decide caminar lento por la calle, ordenar sus pensamientos y salir nuevamente a la búsqueda de un nuevo trabajo.    No había caminado más de dos cuadras, cuando en la vereda de una barraca, puede deletrear un pedido de ayudante de mostrador.
    Ingresa a la misma, informándole a quien lo atendió, que venía por el aviso. La primera pregunta fue: “Que edad tienes chico”. Pensó que podría mentir, pero a su vez lo creía deshonesto, y decidió informarle que tenía once años recién cumplidos.
   ¡Imposible! contestó el empleado, debes buscar un trabajo de mandadero.
  Sigue su camino, y en la esquina se pone a observar al  chico, que ofrece diarios. Inmediatamente pensó –“No es tan complicado,  ese chico tendrá mi edad”-.   Se acerca, se presenta y le hace las averiguaciones del caso. “Es sencillo”, le informa el joven canillita, “yo te doy la dirección del distribuidor y tu hablas con él”.

sábado, 30 de octubre de 2010

MI CIUDAD DE DOLORES

La Ciudad de Dolores, es la segunda del Dpto.de Soriano(URUGUAY), y está ubicada en la margen izquierda del río San Salvador, afluente del Río URUGUAY. Se funda el 22 de setiembre de 1801, siendo sus fundadores, habitantes del poblado Espinillo, asentado sobre el arroyo de su mismo nombre. En aquel momento el poblado fue conocido como San Salvador, pero al venir con los esforzados lugareños la Vigen de Los Dolores, pasó a llamarse Villa de Dolores. Pasa a la categoría de Ciudad el 26.11.1923 por la Ley Nro. 7652. Ciudad Agrícola-Ganadera desde sus comienzo, contando con un cerco granjero muy importante, y la instalación de tambos, generando un importante aumento de mano de obra en las zonas de su producción. Hoy cuenta con 18.000 habitantes en la ciudad y en las zonas de influencia podemos decir que se ubican unas 4000 personas más. La principal industria es el molino harinero de Industrias Harineras .S.A. fundado en el año 1888, siendo uno de los más importantes exportadores de harina. Además se cuenta con número importante de barracas cerealeras, que atienden los sembrados de trigo, cebada, soja, maíz, sorgo y otras variedades.
  Contamos con una imperdible península, llamada Ramospé que está rodeado por las mansas aguas del río San Salvador. En ella el visitante podrá encontrar paz, sosiego, tranquilidad, y disfrutará de las instalaciones de parrilleros, cancha de futbol, bancos en sus avenidas, gabinetes higiénicos, y el placer de los diferentes tonos de verdes, que están al alcance de nuestros ojos.
  Amplias y remozadas plazas(Constitución y Artigas), la majestuosa iglesia católica, frente a la plaza Constitución, plaza de deportes, club sociales, y quienes desean un descanso, hoteles de diferentes categorías.
  Sintéticamente esta es mi Ciudad de Dolores,  que espera al visitante para que conozca la zona donde se produce el 23 de abril de 1825, la primera acción libertadora, por parte de los patriotas orientales. (los 33 Orientales que desembarcan en playa de la Agraciada el 19.04.1825). En tu próximo paseo, no dejes de pasar a conocer mi Ciudad.
 

"RAMONCITO", EL GURÍ DE LOS MANDADOS

          Llegó con apenas ocho años al establecimiento rural de Don Pedro.    Recientemente huérfano, y sin familiares directos para su crianza.        Prácticamente sin ropa, con sus tristes ojitos color marrón, pidió asilo y comida al encargado de la estancia. Sin dudar Don Pedro, le ofreció la hospitalidad de un buen cristiano, cobijándolo en el seno familiar en su cuarto de huéspedes. Difíciles fueron los primeros tiempos para este muchacho, cargado de miedos y sin experiencia de vivir alejado de sus padres. Ahora tenía otra familia, otras costumbres que muy pronto llenaron sus horas de niño travieso. Cazaba pájaros, juntaba los huevos del gallinero, y comenzaba a llevarles la comida a los peones que trabajaban lejos del establecimiento.
      Sus visitas a la cocina de la peonada, las charlas de sus mayores, lo fueron moldeando para enfrentar la vida que tenía por delante.
      Al cariño demostrado por sus nuevos padres de crianza, lo devolvía con dedicación y esmero en todos aquellos trabajos que para su edad le tenían asignado.
     El tiempo vuela y el niño callado que llegó a la estancia cumple doce años. Ese día le regalan un caballo petiso, ilusión que guardaba desde el primer día que llegó. Con su petiso marcha a paso lento al pueblo más cercano a traer comestibles, a llevar y traer la correspondencia, acompañado de un perrito lanudo, que era su mimoso.
      Le enseñaron buenos modales, aprendió a leer y escribir, pasando a ser un integrante más de la familia.
      Aquella noche un pariente visita a la familia. No faltó la pregunta: ¿Quién es Ramoncito? Sin saber Don Pedro, que muy cerca de ellos estaba el muchacho le contestó: “Es el gurí de los mandados” Todo aquel mundo de ilusiones que guardaba en su corazón, se esfumó en un instante. El llanto lo acompañó toda la noche, decidiendo irse de la estancia a primeras horas del día siguiente.         Apenas amaneció Don Pedro que había escuchado el llanto del niño, se acercó a su cuarto y le dijo: “Anoche pensamos con mi esposa, que ya eres un hijo más de nuestra familia. Aunque sigas siendo un gurí, y muchas veces te dedicas a hacer mandados, tú corazón es grande y está lleno de amor.”
  Las palabras de aquel improvisado psicólogo, calaron profundo en los sentimientos del jovencito, que con lágrimas en sus ojos se entregó a los brazos de Don Pedro, jurándose estar juntos hasta que la muerte los separara.  

miércoles, 27 de octubre de 2010

CARTA A MI AMADA

    Aquella noche cuando te conocí, estalló mi corazón en mil pedazos. Tus negros ojos azabaches fueron como una puñalada de ternura sin fin. Como no decidirme a escribirte lo que hoy estoy sintiendo, si mis noches se hacen interminables pensando cuando te volveré a ver. Cada paloma que vuela pienso que regresas, cada flor que contemplo te veo a ti.
   Aún resuenan en mis oídos tus dulces palabras. Qué más le puedo pedir a la vida, que tú seas mi amada.  Tú tersa piel que logré acariciar por un instante, representaron para mí los pétalos de una rosa,  mojados por el rocío.
  Piensa un instante, que curioso es el destino, cuando une a dos almas gemelas. Porque eso somos tú y yo.
  Cada minuto de mis días, se vuelven horas esperando nuestro encuentro. No dudes en expresar tus sentimientos, porque ellos representan tu felicidad. Qué digo, nuestra felicidad. Aquel perfume que embriagó mi espíritu, aún lo mantengo intacto en mi pañuelo blanco.
  No me perdonaría jamás, si cuanto tú leas esta carta vibraras en la misma sintonía, que tengo yo cuando la escribo.
  Cierra tus bellos ojos, y pasarán por tu memoria como una película,  nuestras futuras vidas en común.  Miro sutilmente mi reloj, que marca la hora exacta que fue nuestro encuentro hace apenas una semana.
   Te llenaré de besos, te acariciaré tus mejillas, y apretaré fuertemente tus manos entre las mías. No quiero que nunca más nos separemos, solamente la muerte. Pienso en un largo paseo por la orilla del arroyo, contemplando las cristalinas aguas que no pierden su cauce. De la misma forma nuestras vidas deben encontrar el suyo, y una larga y exquisita noche sellará nuestro amor eterno.
   Tantas cosas podría decirte que mi corazón me dicta. Pero solamente para ti es una escritura. No quiero pasar más tiempo, no quiero seguir sufriendo, quiero demostrarte en hechos lo que mi corazón me exige.
   Una semana es poco tiempo, pero para los que se aman y no se encuentran es una eternidad.
   Con ansias espero ese encuentro. Con ansias me imagino tu aroma. Con ansias preparo mis labios para comerte a besos, y nunca más separarnos.
  Ya está, no falta nada, muy pronto el duende del amor se posará sobre nosotros, y en esos momentos una luz maravillosa alumbrará nuestro destino.
   Gracias por ser como eres. Junto a esta carta te envío un jazmín. Es sencillo como tú, pero gracias a su fragancia me duermo pensando en ti.
    Hasta muy pronto, un beso de corazón, tu amado.
 
  
 

martes, 26 de octubre de 2010

RECUERDOS DE SAN JAVIER

Comenzaba mi vida laboral y el destino me tenía reservado aquel pueblito pequeño,  con el corazón abierto a todo aquel que llegaba a él. Con apenas veinte años, y sin experiencias anteriores, dejé la casa de mis padres para encontrarme con un grupo de familias y vecinos, que hicieron las veces de padres adoptivos. Esta comunidad de inmigrantes rusos, me enseñó la confraternidad, aprendiendo a compartir noches de anécdotas, historias de vida que dejaron  un bello recuerdo, que aún a cuarenta y cuatro años, fluyen a mi memoria.
   El recordado Don Nicola Kulik, nos abrió las puertas de su casa, al igual que a otros compañeros, donde en su bar y comedor supimos disfrutar de la exquisita y abundante comida de su esposa. A pocos metros del comercio estaba instalada una vivienda, que compartíamos con el grupo de compañeros.
     Muy cerca del pueblito de San Javier, está ubicada la Colonia Ofir, que según nos contaban allí se realizaron los  primeros asentamiento rusos, que mas tarde dieron lugar a la fundación de la villa San Javier. A muy pocos kilómetros ubicamos a la Colonia Gartental de inmigrantes alemanes, que llegaron a Uruguay, en la década del cincuenta.
   Estas y otras historias se fueron tejiendo durante las cenas, en las cuales supe saborear el exquisito shaslik. Era imposible saber de que se trataba. La primera vez que me invitaron a una cena familiar supe que era carne de cordero que se prepara con antelación en base de limón, cebolla y condimentos, para luego cocinarlo a fuego y brasas en forma similar a las brochettes.  Lógicamente no podía faltar el aperitivo del kuas, un licor obtenido por fermentación de la miel y los estampados en cera. Era un nuevo mundo de conocimientos que se abría antes mis ojos.
   Como olvidar la generosidad y el buen trato del inmigrante, que te ofrecía su casa como uno más de su familia. Escuchábamos atentamente los recuerdos que habían sido legados por aquellos primeros inmigrantes provenientes de Tífilis y Bakú, región del Caúcaso en Rusia. Según parece que los primeros inmigrantes fueron guiados por Basilio Lubkov, su conductor espiritual, llegando a estas tierras en el año 1913. Una calle de la villa San Javier, lleva el nombre de ese recordado inmigrante.
   Costumbres ancestrales mantenían esas familias, que de ninguna manera hacían sentir incómodo al visitante. Su actividad agrícola era la base de sus ingresos, utilizando el clásico “carro ruso”, donde transportaban su producción.
   Don Nicola Kulik, un ruso de ley, nos contaba algunas de las actividades que comenzaron a desarrollar los inmigrantes.   Fueron los pioneros en la siembra del girasol, materia prima que utilizaban para la industrialización de un aceite de muy buena calidad. Parece que en sus comienzos sembraban el lino industrial,  utilizando sus fibras para la fabricación de telas.
       Las noches se nos hacían cortas para escuchar aquellas historias que forjaron la identidad de la villa. Recuerdo que los días miércoles teníamos función de cine. En un salón de la calle principal, ubicados en sillas de carda ordenadas prolijamente para la ocasión, era nuestro intermedio semanal. La presencia de los rusos era muy característica, por el consumo de girasol tostado.
   Vida nocturna nula, esperando el fin de semana para concurrir en algunas ocasiones al Centro Cultural, a deleitarnos con un grupo de jóvenes bailarines de danzas rusas. Los muchachos con sus clásicas bombachas y botas de caña larga. Las muchachas con vistosos vestidos de colores. Aquella película de mi vida que pasó en blanco y negro, hoy la veo en colores. ¿Por qué no atesoré más recuerdos de ese folklórico pueblo? Hoy te doy las gracias San Javier, por haberme dado la oportunidad de conocerte.


lunes, 25 de octubre de 2010

QUE FAMILIA LA GADEA

     No hay duda que en cualquier rincón del mundo, hay un GADEA. Este apellido que nació en Santa Gadea de Burgos(España), se expandió por todos lados. De acuerdo a mis investigaciones los Gadea del Uruguay, son todos parientes, y gran parte de los Gadea argentinos también. ¡Qué familia por Dios! Entre los antepasados encontramos: militares, políticos, sacerdotes e ilustres ciudadanos que estuvieron presentes en la sociedad de su época, y legaron a sus descendientes el orgullo de ser Gadea. En mi reciente libro de la familia GADEA, recopilé gran parte de su historia, de la que puedo destacar a Santiago GADEA MAGALLANES, Teniente de los 33 orientales en la Cruzada Libertadora del 19 de abril de 1825.-

domingo, 24 de octubre de 2010

EL REGRESO ASEGURADO

    Llegan al cielo, una prostituta, un cura, un anciano, una dama de sociedad y una enfermera.
        Sin mediar palabras entre ellos, ingresan a una amplia sala, donde en su centro había ubicada una mesa y cinco sillas.
        Se miraron entre sí, y pensaron en común: ¿Para que será esto?
        Un simpático ancianito ingresa a la sala.
 De inmediato le extendió la mano a cada uno de ellos y les dijo:
    “Bienvenidos a la antesala del Cielo”
 El veterano cura, no pude con su curiosidad y preguntó: ¿Qué debemos hacer en esa mesa y sus respectivas sillas?
    El simpático ancianito les dijo: “Allí, uds. deberán reflexionar sobre sus vidas, y luego Dios, hablará con Uds.”
  ¿Y donde está Dios?, preguntó nuevamente el cura. “Cuando sea necesario el estará con uds.”
  Después de un largo rato de mirarse mutuamente, la dama de sociedad alega: “A mi me parece que debemos hablar por turno, de acuerdo a nuestras posiciones sociales”.
   Una suave voz señala: “Estimada señora. En este lugar todos son iguales.”
   Se vuelven a mirar, y el anciano rompe el silencio: “Comenzaré con mi reflexión, que realmente es sencilla y rutinaria. Nací en un humilde hogar, y desde muy joven trabajé en un parque, hasta el día de mi regreso. Ayudé a niños a buscar su pelota, acompañé a personas necesitadas, disfruté de la conversación de los adolescentes, cultivé flores, y aprendí a escuchar el trino de los pájaros.”
  ¡Que aburrido! Expresó la prostituta. “En mi caso personal, nací en el seno de un prostíbulo, mi madre era prostituta, y yo orgullosamente seguí sus pasos. En él, viví la alegría y la satisfacción de los hombres, la algarabía, la música desbordante, el alcohol y el sexo todos los días de mi vida terrenal, hasta que por circunstancias que no vienen al caso, me tocó regresar.”
  ¡Que horror! Exclama la dama de sociedad. Nací en cuna de oro, siendo mis padres importantes empresarios. Desde niña viví sobrada de todo, y me hacían todos los gustos. Me casé con un hombre muy adinerado, viajamos, nos hicimos todos los gustos, hasta que una penosa enfermedad me envió de regreso.”
  ¡Por favor! Asevera la enfermera. “Mi infancia transcurrió en el medio de una villa. Desde muy joven pude apreciar las miserias y necesidades de la gente. Siendo adolescente ingresé a trabajar a un hospital, donde aprendí a convivir con el dolor humano y la mismísima muerte. Mi entrega fue total, hasta el momento de mi regreso”.
  ¡Hijos míos! Comienza diciendo el cura. “Cuando niño mi madre jamás me contó quien era Jesús. Ya adolescente, sentado en una plaza tuve la necesidad de ingresar a la Parroquia. Desde ese momento comencé a comprender que mi vida tenía que dedicarla a los demás, y así lo hice hasta que llegó la hora de mi regreso.”
  Los cinco invitados a la mesa, habían expresado en breves palabras el camino trazado en su vida terrenal.
   El silencio se apoderó de la sala, y todos esperaban la palabra de Dios.
    Regresa a la sala nuevamente el ancianito y les dice:
 “Vuestras verdaderas reflexiones aún no las han expresado, y Dios las está esperando”.
  ¡Tiene razón! Indica el anciano. “Perdí tiempo en frivolidades y no tuve tiempo para jugar con mis hijos, cuando ellos lo necesitaban.”
  ¡Sin duda! Continúa la prostituta, “jamás le di las gracias a mi madre por sus sabios consejos”.
  ¡Para que tanto dinero! Reflexiona la dama de sociedad. “Si debía haber estado más tiempo junto a los que realmente lo necesitaban.”
  ¡No hay duda! Expresa la enfermera. “La entrega a cambio de un sueldo fue total, pero cuando mis padres necesitaron compañía, yo no tuve tiempo”.
  ¡Perdón Dios! Se confiesa el cura. “Evangelicé a tanta gente, no haciéndolo con mi propia madre, cuando tanto lo necesitaba”.
   Una luz brillante ingresa a la sala, y casi de inmediato una voz dulce llena de sabiduría, les dice:

“EN LA VIDA NO ES NECESARIO REALIZAR GRANDES COSAS, HAY QUE HACERLAS.
CUANDO SABEMOS RECONOCER  NUESTROS ERRONES Y  OLVIDOS, TENEMOS ASEGURADO EL REGRESO JUNTO AL PADRE.”

sábado, 23 de octubre de 2010

ESA CASA

En esa casa, se escucharon mis primeros llantos
En esa casa, di mis primeros pasos
En esa casa, aprendí las primeras letras

Ya no encuentro la mirada de mis padres
Ya no tengo mis juegos de entonces
Ya no escucho el ladrar de mi perro

Ahora otro niño jugará en tu patio
Otros padres, cuidarán de sus juegos
Un perfume distinto, reinará en tu seno

Savia nueva, tendrás  mi casita
Risas jóvenes vivirán de nuevo
Ahora, sólo el recuerdo, guardaré conmigo

Dolores, octubre 4 de 2010.-


                      


UNA NOCHE SIN ESTRELLAS, ¡PERO!

    Todo parecía una pesadilla. Una brisa cargada de negativas partículas, se hacía notar en aquella choza. La luna se esconde detrás de un cerro, y el aullido persistente de un lobo hambriento, se apodera de la oscuridad reinante.
     El pino que siempre dormía, hoy ha despertado sin dar un motivo. Solamente la luz de un farol, que con guapeza de eterno candil, acompaña la lectura de aquel viejo lobo de mar. Cuantas historias maneja su mente, cuando por curiosidad mira por una pequeña ventana, la oscuridad de la noche.
     Debajo de la mesa con la orejas bien alertas, se ubica su fiel perro. Nada indicaba que una tempestad sin lluvia, ni viento ingresaría por la frágil puerta de madera de roble, que lo acompaña desde toda la vida.
  De repente, impetuosamente, un joven mal herido cruza el umbral de la humilde choza. Sin saber que estaba pasando, abandona su lectura, se levanta sorprendido, y se dirige al encuentro del extraño visitante. Sin mediar palabras lo inclina sobre su cama, y va en busca de paños limpios para cubrir la herida.
  Después de un largo rato, la mirada perdida del inesperado joven, se fija en las manos rugosas de aquel pobre viejo. No habla, sólo llora. Aunque su rostro lo dice todo, algo malo le había sucedido aquella noche.
  Aquellas manos sufridas por el tiempo, curan con paciencia las heridas recibidas por aquel desconocido, que hoy es su huésped.  El anciano decide dejarlo descansar en su propia cama.  Un inesperado murciélago ingresa a la habitación, ubicándose en el respaldo de la cama, donde duerme profundamente el enigmático muchacho.
   Esa noche todo era una rara coincidencia. ¿Quién era la persona que ingresó a su choza? ¿Por qué no expresa su delicada situación? La herida en su costado izquierdo no deja de sangrar. Su mirada era tierna, llena de amor, expresando una paz interior.
 

EL FANTASMA DEL HOSPEDAJE SAN MARCOS

Era un hermoso día de otoño. Todo indicaba una temperatura ideal, para comenzar un viaje de negocios, que tenía planeado hacía mucho tiempo.
          El viajero de comercio, circulaba con su camioneta, rumbo al pueblito más cercano. Sin darse cuenta lo sorprende la noche, y desea encontrar un lugar donde alojarse. A lo lejos puede divisar una vieja casona iluminada,  con un pequeño letrero en su fachada que dice “Hospedaje San Marcos”. En otro letrero más pequeño dice: “Atendido por su propio dueño”. Inmediatamente pensó: - Es el lugar ideal para mi descanso, ordenar mis trabajos para el día de mañana, y continuar el viaje
         Estaciona muy cerca de su entrada principal, recibiéndole amablemente una joven que le dice: “Bienvenido a nuestra casa señor, se sentirá cómodo, y seguramente muy pronto deseará volver”. Ingresa y pregunta si tienen una habitación libre. Su propietario un simpático obeso de bigotes espesos, le responde que solamente queda una, bautizada “La Bataraza”. Acepta la propuesta del propietario, pero antes le dice, -“Muy amable la joven que me dio la bienvenida”. El propietario le responde: “En este hospedaje estoy yo solo, señor”. El ambiente era agradable, una música suave, pero envolvente que indicaba un ambiente familiar, con olor a limpio.  Antes de irse a su cuarto, come algo liviano, solicitando una botella de agua mineral, que la llevará a su habitación.
         El cuarto es cómodo, muebles de estilo rústico, sábanas limpias y almidonadas, con un ramo de flores amarillas sobre su cómoda. En la mesita de noche un libro romántico, con un marcador de cuero envejecido Revisa sus apuntes del día,  apaga la luz y decide dormir.
    Casi enseguida, escucha algunos ruidos sospechosos, prende la luz y nada. Han pasado algunos minutos cuanto escucha aleteos y cacareos de gallinas, dándole la sensación que estaba muy cerca. Vuelve a prender la luz, y todo aquello que parecía un verdadero infierno, había desaparecido, encontrándose toda la habitación en perfecto orden. Nuevamente apaga la luz, comenzando nuevamente la misma historia.
   Se viste y va en busca del propietario. “Mire señor” le dice el viajero, “no se que pasa en mi habitación pero cuando apago la luz, escucho aleteos y cacareos de gallinas, y con ese ruido es imposible dormir”
   El propietario del hospedaje se acomoda los bigotes, se soba las manos, y le dice –“Sabe lo que pasa amigo, que posiblemente tienen hambre, lleve un tarrito con granos de maíz, que se van a calmar”.
    El viajero no podía creer lo que escuchaba, y le vuelve a repetir “Pero señor le digo que escucho ruidos, que al prender la luz desaparecen”
    El señor obeso, le trae un tarrito con granos de maíz, se los entrega, retirándose nuevamente a dormir.
    Tengo necesidad de descansar, pensaba el viajero, trataré de intentar lo que me dice este señor. Apaga la luz, y comienza el calvario. Ya con la luz prendida nuevamente, saca el tarrito de granos de maíz, que tenía bajo la cama, y lo deposita sobre la mesita de noche.
     Sorpresa fue para el viajante, que al apagar la luz, no se oyeron más los ruidos molestos.-
     El cansancio del viaje, más las sorpresas vividas,  duerme toda la noche, sin despertar. A la mañana lo primero que hace es fijarse en el tarrito. No podía creer lo que veía. Ni un grano quedaba en el fondo.
   Le comenta al propietario lo acontecido y le responde – “Mire amigo, ni Ud. escuchó gallinas, ni yo le di granos de maíz”.
    Fue tan grande su angustia que decide pagar la cuenta, y continuar el viaje. Cuando llega a su coche, observa que en el asiento del acompañante hay un gato negro. Los vidrios estaban bajos, y sus puertas con llave. Decidido sube al auto, con la sorpresa que el gato, no estaba ni en asiento, tampoco en el auto.
    Cuando llega a la primera estación de servicios, encuentra  un compañero de viajes, y decide contarle lo sucedido. Su amigo lo escucha atentamente, para luego decirle: “Mira, yo también tuve una experiencia muy parecida a la tuya, con la diferencia que cuando apagaba la luz, cantaba un gallo”
   Llamé a su propietario, un obeso de bigotes espesos, que me dijo: “Canta por que extraña a su pareja, la gallinita bataraza”. Saca del interior del mostrador una gallina, me la entrega, diciéndome que debo ubicarla sobre la mesita de noche. Realmente todo me parecía extraño, pero esa noche hice lo que me indicó. Sorpresa igual a la tuya, el gallo no cantó más, y al otro día la gallina no estaba en el cuarto. Pero con respeto al gato, te voy a decir, que puede ser el mismo, que hace rato nos está observando desde aquella ventana.
   El empleado de la estación escuchaba a estos dos amigos. “Perdón señores, Uds. estarán hablando del “Hospedaje San Marcos”. “Ese hospedaje fue famoso en la zona, pero hace varios años que está cerrado”. ¿Cómo que esta cerrado? preguntaron los viajeros. El empleado continúa: “Su dueño, era Don Juan, un obeso de bigotes espesos, que murió comiendo un pollo, y su familia decidió  sepultarlo en el patio de esa vivienda” “Desde esa fecha, permanece cerrado”. Ya los nervios de estos dos amigos, estaba al rojo vivo. “Dígame buen amigo, ¿Ud. conoció a ese tal Don Juan?” El empleado de la estación sigue su comentario: “Como conocerlo diría que no, pero en algunas oportunidades, lo observé jugando a la mancha con una liebre”
   Todo era demasiado fuerte para estos dos amigos, que deciden tomar un trago, en un pequeño barcito cruzando la carretera. Se sientan a la  mesa, y escuchan una voz que les dice: “¿Que se van a servir señores?”, se dan vuelta, y vaya sorpresa, ahí estaba Juan el obeso de los bigotes espesos. Todo parecía un conjuro de casualidades y sorpresas. Deciden volver a la estación, y encuentran de espalda al joven empleado. “Dígame compañero”, le dice uno de los viajante, preguntándole:”Ese señor del barcito, es el mismo que el del hospedaje”. Lento con la mirada perdida, el joven despachante se da vuelta y les dice: “Perdón señores, a Uds. nunca los he visto, y por acá no tenemos ningún barcito” No podían creer lo que sus ojos estaban viendo. El joven despachante era Don Juan, y sobre su hombro derecho tenía el gato negro.
   A partir de ese día pensaron que: “No todo lo que vieran sería realidad, ni todo lo que le cuenten sería mentira”

    

EL FUERTE SOLITARIO

Quedaron en mi recuerdo los soldaditos de plomo. Volaba la imaginación de un niño sensiblemente creativo. Las luchas y los encuentros de esos rígidos soldados, que mi mente transformaba en ídolos desconocidos. Eran ellos los valientes, que siempre estaban prontos, para enfrentar a sus pares. Cañones y caballitos completaban mi escuadrón. Pero algo me faltaba en mi lucha por la defensa, era tener un cuartel de protección y ofensiva. Por eso me dedique a construir el gran fuerte, que durante muchos años, albergó a los valientes. Mis amiguitos venían a observar la construcción, con un formato parecido a las películas de acción.
    Que linda fue mi niñez, sabiéndome un ganador. Fuerte, soldados y cañón eran mi protección. Nunca debía abandonar, esa bonita ilusión. Hoy es todo silencio, ya no hay soldados ni cañón, el fuerte está solitario esperando otro bufón.

  

miércoles, 20 de octubre de 2010

PALOMA MIMOSA

PALOMA MIMOSA

En el techo de mi rancho
una paloma dormía
Seguramente le molestaban
los ronquidos de Sofía

La traje junto a mi catre
pero se volvió la ingrata
Posiblemente olfateó
las patas de la Tomaza

Busque un árbol bien frondoso
y allí la deposité
Talvez no fue de su agrado
el perfume de José

Fui para el pueblo y compré
un nidito de colores
Tampoco logró dormir
se le subían los calores

Este asunto hay que enfrentarlo
y a la cocina la traje
Al mirar sus tiernos ojos
logró darme coraje

Me di cuenta que la pobre
de mí esta enamorada
No quería compartirme
ni con José, ni Sofía, ni con la propia Tomaza

Hoy dormimos todos juntos
bajo la luz de la luna
Somos una gran familia
mi rancho quedó de cuna



A MI PADRE

Llego a mi casa, observo a mi padre
veo en su mirada el paso del tiempo
Quisiera acordarme de cosas pasadas
bloqueo mi mente para no recordarlas
Sus manos rugosas, buscando cariño
sus pocas palabras, indican afecto
Sus pasos quedaron
detenidos en el tiempo
Ya nada interesa
solo piensa en eso
Por que no pudimos seguir dialogando
cuando me contabas, tus historias vivas
Acaso tu mente puso algún cerrojo
que ahora no hablas, mas de tus recuerdos
Recuerdo tus días de pisar ligero
esperaba con ansias tu regreso a casa
Que cruel son los años
como nos devoran
Tu mente que viaja
en un triste vacío
Al tiempo vivido, no lo olvidaremos
a Dios le daremos, las gracias por todo.



martes, 19 de octubre de 2010

EL CHURRERO

En la calle principal José vendía churros junto a su esposa. Un sencillo carrito con techo de loma, una cocinilla a gas, la prensa de los churros, una olla color del tiempo y los utensilios mínimos para poder ofrecer esos exquisitos churros rellenos de dulce de leche.
    ¿Quién no había saboreado los churros de José? Era la parada obligada que todos tenían, cada tardecita cuando pasaban por esa calle. Pobres, ricos e indigentes eran sus clientes.
   Por la mañana con una sencilla ceremonia, revisaba con paciencia si todo estaba en orden para iniciar la tarea cotidiana. La masa sencilla con harina, agua, aceite y sal la preparan junto con su esposa en horas de la tarde.
   Con su bicicleta negra llevaba de tiro el carrito, y su esposa iba a su lado en otra bicicleta. Un gatito mimoso los seguía a la distancia.
   Cuando había función de cine, su carrito se ubicaba frente a la entrada principal; los domingos por la tarde a la cancha de fútbol; en las ferias vecinales de los sábados, ahí estaba él.
   Toda una institución gastronómica era el churrero. Pero las cosas buenas duran poco.
   Un día fue visitado por un inspector de la municipalidad, quien le entrega una citación para la Sección Bromatológica.
   Con documentos en mano y la compañía de su esposa cumplen en hora la citación recibida. En esa reunión lo recibe un viejo conocido que día por medio llegaba a su carrito a saborear los exquisitos churros. Escritorio de por medio, el viejo conocido pasó a jugar el papel de funcionario actuante. Una vez leída la reglamentación bromatológica,  José firma la notificación que tiene un plazo de treinta días para organizar su nueva empresa.
   El pobre José cayo en estado depresivo y por varios días no se veía el clásico carrito de los churros.  Un amigo ocasional del churrero, habló personalmente con la municipalidad.  Expresando la avanzada edad de José, y la necesidad imperiosa de seguir trabajando, se elevó el expediente al más alto nivel jerárquico. Pasó por diferentes secciones, lo miraron y firmaron el famoso “elévese a….” que no había ni uno de los actuantes, que en algún momento le hubiera comprado churros a José.
   El jerarca superior, al leer detenidamente el informe de sus subalternos, vio que humanamente debía archivar el expediente, y autorizar la continuidad del churrero. El mismo en persona se dirigió a la casa de José y de su esposa, para informarle que a partir de hoy, siguieran con su tradicional carrito, en lugares y horarios que ellos vieran más cómodo.
   El matrimonio no sabía como expresar su agradeciendo a ese humano funcionario, que dejando de lado la reglamentación vigente, decidió mirar por el hombre querido por toda una comunidad.
  Al otro día nuevamente José instala su carrito, decidiendo con su esposa, enviar todos los días al domicilio particular de ese funcionario puro corazón, como lo llamarán a partir de hoy, churros en agradecimiento por la  buena acción a su favor.
   Un sencillo cartelito fue ubicado en un lateral del carrito que dice: “No siempre la ley ejecuta a las personas con el máximo rigor, muchas veces las mide con la voz del corazón”.
    
 
  

DOS MUNDOS OPUESTOS

      Por mi actividad en el servicio a la comunidad como rotario, tuve la oportunidad de visitar en un mismo día, las luces y las tinieblas. Por la mañana llegué a una escuelita para niños de capacidades diferentes. Sus caritas y  sus miradas reflejaban la necesidad del contacto físico. Apenas crucé el umbral del salón de clase corrieron hacía mí, apretándome con una fuerza extraña. Me preguntaban mi nombre, me besaron en varias oportunidades indicándome alegría por  mi visita.  En esos momentos mi pensamiento recorría velozmente la bendición de mi infancia, dando gracias a Dios por su varita mágica.
    Las abnegadas maestras trataron de llevarlos nuevamente a sus tareas habituales, que de acuerdo a su grado de discapacidad estaban desarrollando.
   Recorrí lentamente cada uno de esos rostros, preguntándome ¿Por qué?. Ellos son felices y cariñosos.  Su luz interior de vida que recién comienza, la expresan con sonrisas, sin conocer realmente en el mundo que viven.
   Terminé mi gestión de servicio, los saludé con la mano, agradeciéndole a la maestra su vocación hacia ellos.
   Por la tarde concurrí a uno de los geriátricos que tiene la Ciudad. Toqué suavemente el timbre, viendo a lo lejos un rostro desencajado que me miraba. La encargada del lugar me recibió cordialmente, le explique el motivo de mi visita, acompañándome al recibidor principal. En un sillón de mimbre una anciana a la cual los años se le cayeron encima, jugueteaba con sus manos. A su lado como esperando visita dos abuelos ya sin brillo en sus ojos, conformaban el conjunto de vidas que seguramente en sus mentes, cada uno de ellos esperaba la carroza.
    Con una sonrisa de situación traté de saludarlos, darles la mano y preguntarles como se encontraban. Muy poca respuesta logré en ese breve diálogo. Mi presencia para ellos prácticamente pasó desapercibida. Que ironía la vida, pensaba en esos momentos. Aquella lucha, aquellas ganas de vivir quedaron en el camino.  No es fácil penetrar en la mente de un anciano cuando pone cerrojo al mundo que lo rodea.
    Cuando conversaba con la encargada, irrumpió un abuelo guitarrero que desafinado y con frágil memoria, quiso entregarme una canción. Me parecía estar viviendo en un mundo de fantasía, donde en cada rincón encontraba una sorpresa.
    Cuando por la noche debo registrar en mi libro de visitas, no encontraba las palabras justas para describir lo que ese día había vivido. Mi pensamiento corría de un lado a otro y así lo expresé: “Hoy es miércoles……, con la dedicación que me caracteriza en mi trabajo de servicio a la comunidad, tuve la oportunidad de visitar dos mundos opuestos. En el primero la planta que nace y busca un lugar en el jardín; en el otro, la misma planta que perdió la sabia por los años.
   Aquella alegría recibida en la mañana por aquellos pequeños, felices en su mundo, se me borró al cruzar la barrera del tiempo.  En los dos casos mi corazón latía al mismo ritmo, tratando de lograr un equilibrio emocional ante cada situación.  Doy Gracias a Dios por la experiencia vivida, valorando aquella lejana niñez, y pidiendo al ser creador que me tenga reservada una senectud digna, rodeada de afectos y de buenos amigos.

COMIENZO DE ACTIVIDADES AL MUNDO

    A todos aquellos que me conocen, y los que no también, pero por este medio podemos ser amigos cibernéticos. Les contaré que en esta página tendrán la posibilidad de conocer mis trabajos literarios: narraciones, poemas, cuentos, biografías, historias, etc. Me gustaría que me las comenten, que sean sinceros, y de esa forma lograré que me lean con gusto.-

   Muy pronto, comenzaré con mis primeros trabajos, pero talvez ya algunos de Uds. pueda enviarme un ok. y de esa forma se que estoy acompañado.-

   Un abrazo a todos, y desde esta Ciudad de Dolores(URUGUAY), seré su amigo.
 
   Mario