Vistas de página en total

jueves, 30 de diciembre de 2010

EL ENCUENTRO DE LOS DOS GENERALES

     En una pulpería de la Banda Oriental, se encuentran José de San Martín y José Gervasio Artigas a compartir algunas copas. En un rincón sentado junto al mostrador estaba un viejo paisano de la zona.
   El pulpero observa con cierta nostalgia la llegada de estos dos grandes. Mesa pequeña, sillas de madera con asientos de cuero, un porrón de cerveza inglesa y dos vasos de origen portugués. Sin mediar palabras y con gestos de preocupados, saborean la bebida importada, servida por el pulpero.
  Artigas más campechano levanta el vaso, y con pocas palabras pero muy justas le dice: - “Brindemos por la liberación de la Banda Oriental, y que muy pronto pase a manos de nuestros paisanos” San Martín un poco más académico levanta también su vaso y expresa: - “La idiosincrasia de nuestro pueblo, está más allá que pase a manos de los paisanos, sino que seamos lo suficientemente inteligentes, para formar una patria unida y orgullo del resto del mundo” –
  El viejo paisano que no entendía mucho de que hablaban se viene acercando a la mesa.
  Un breve silencio se apodera de la situación. Mano derecha en el vaso, y mano izquierda apoyada en su sable. Ambos guerreros dejan que el tiempo fluya. Artigas con pocas palabras pero ubicadas en su contexto expresa: “Mis hombres están prontos para la lucha, sólo esperan mis órdenes.” San Martín con voz impostada y llena de gloria, le dice: “No quedará ningún gringo sobre esta bendita tierra, mis hombres también esperan, que yo levante el sable.”
  Aquel paisano que escuchaba atentamente la charla de estos dos grandes, toma una silla, y se acerca la mesa.
  El pulpero gentilmente le acerca a la mesa, un salamín en rodajas y unas tajadas de pan casero. San Martín y Artigas agradecen, y sin apuro saborean la factura casera de la zona.
  Al cabo de un rato, nuevamente la sabia palabra de Artigas: “Lucharemos hasta derramar la última gota de sangre, para que nuestros paisanos tengan su rancho propio.” “Seguramente”, contesta San Martín, “yo mismo empuñaré mi sable para liberar esta tierra de intrusos.”
  Esa palabra intrusos, lo pone nervioso al paisano, que se saca el sombrero y comienza a rascarse la cabeza.
  Los caballos de estos dos grandes, esperaban en el palenque, y muy pronto llegará la noche. “Muy bien José Gervasio”, dice San Martín, “el camino nos espera, nuestros hombres se preparan para la lucha, y nos necesitan”. “Tienes razón José”, insistía Artigas, “mi caballo y mi sable están nerviosos, y no descasarán hasta expulsar a estos intrusos.”
  Ambos se levantan, se colocan sus sombreros, saludan al pulpero y cuando fueron a extenderle la mano al paisano, este le dice:
   “Miren señores. Yo a Uds. no los conozco, pero veo que tienen un lío machazo. Que tienen muchos peones fieles en sus estancias, que se les ganó un caminante que llaman intruso, y que a sable limpio lo quieren sacar. Los años me han enseñado que si no lucho para mejorar mi rancho, ningún vecino viene a darme una mano.  He aprendido que algunos son buenos vecinos, y otros sacan ventaja. Aquellos que hoy dicen ser fieles, cuando le damos la espalda, nos roban el poncho. ¡Ah, me olvidaba!, antes de irse pasen por la letrina, el camino es largo y no se puede perder tiempo en esas pequeñeces.”
  El sabio consejo de este viejo paisano, dejó sin palabras a estos idealistas luchadores, que con trote lento, pero seguro, retomaron cada uno su camino.
 

LA HERENCIA DEL TIO PASCUAL( 4ta.parte- 4/5)

   Un breve silencio en la sala por algunos minutos, y nuevamente Martina, comenzará la lectura.
  
   Martina – Voy a retirar con cuidado este borrador del sobre, para no estropearlo. Veo que está dividido en capítulos cortos y sencillos.
 Sofía - ¡Que se cree el tío Pascual! Nos está probando el nivel de nuestros conocimientos, o pretende jugar al señor serio, cuando toda su vida, se dedicó a las grandes jodas.

Capítulo 1 – “Yo, Pascual Cimadevilla, con todas mis facultades mentales, y luego de haber madurado concientemente sobre mis decisiones, quiero testar de la siguiente manera”.
Capítulo 2 – “Aquellos que supieron brindarme su amistad, sana y desinteresada, llegarán primero”
Capitulo 3 – “Aquellos que sin ser amigos ni parientes, me acompañaron en los momentos  difíciles de mi vida, llegaran segundo”


   Sofía – La verdad, que no entiendo que nos quiere decir el tío. Parece una adivinanza.
  
   Antonio – Esto me está dando sueño, ¿por qué no dejamos para mañana?
  José - ¡De ninguna manera!, hoy debemos conocer nuestro futuro patrimonio.
   Sofía – Me parece que en lugar de patrimonio, nos va a  dejar deudas.
  Martina – No seas pesimista, tengamos fe en nuestro querido tío, que nos ha tenido en cuenta.
  Antonio - ¡Querido! Por favor jamás lo hemos querido, no debemos ser hipócritas, sólo nos interesa su dinero.

     Aquel pato al horno con puré de manzanas, que sería el deleite gastronómico de la cena, pasó a convertirse en una verdadera pesadilla.

    Parecía que seguiría la normalidad de la lectura, cuando la tía Teresa se levanta de su silla y les dice:

  Tía Teresa – Me voy a tener que retirar. Tengo otras visitas que hacer esta noche, y mi domicilio queda lejos. ¡Que Dios los bendiga!
  Antonio - ¡Ya se va tía, justo que la empezábamos a tener cariño!
  Tía Teresa – No se preocupen, voy a volver y a lo mejor vengo con el tío Pascual.

   Cuando estaba cerca de la puerta de calle, Pedro le dice:

  Pedro - ¿Cuál es tu domicilio tía Teresa?
  Tía Teresa - ¡Como no! En este papel esta registrada mi dirección.
 
    Pedro la despide con un apretón de manos, y de inmediato se dispone a leer la dirección a los hermanos:

Pedro - ¡Vean, vean!, la tía vive en la calle Constitución y Gral. J.Sosa, parcela número 14.-
  Sofía - ¡Cómo!  En esa dirección está ubicado el cementerio y esa parcela no es el Panteón de la familia Cimadevilla.
  José - ¡Por favor! Nuevamente hemos sido engañados en nuestra buena fe, y esta figura que nos visitó era una muerta.
  Martina – Yo creo que deberíamos hacer bendecir esta casa, en esta noche han sido varios los espíritus que nos han visitado.
 Sofía – ¡Tiene razón Martina!, vamos a prenderle una vela, a Santa Clara.

 Antonio - ¡Por supuesto! Olvidemos esta situación tan irregular y desagradable, prendemos la vela y continúa Martina con la lectura.
   Martina - ¡Pues bien!, seguiremos con la lectura, y por favor escuchen con atención.

  Capítulo 4 – “Aquellos que pensaron que mi fortuna, era sólo una gran fantasía, deberán esperar”.
   Capítulo 5 – “ El interés por una persona, no debe centrarse en lo que tiene, sino en sus valores personales.”



  En ese mismo instante un ruido impresionante, se adueño del silencio de la noche. El artefacto de luz del living, se había desprendido y cayó al suelo.

   Sofía - ¿Qué está pasando esta noche? No será mejor que echemos esos papeles a la estufa, olvidemos la herencia del tío Pascual, y nos vamos a dormir.
   Antonio - ¡Ahora!, justo cuando estamos por enterarnos de lo más importante, su fortuna.
   Martina – Seguramente los años han deteriorado el soporte del artefacto, y hoy por casualidad se cayó. No hagamos de esto una tragedia

   Criteriosamente, José les dice:

  José – Hasta el momento sólo hemos escuchado frases lindas, armoniosas, con una profunda enseñanza, pero de la herencia, ¡nada!
  Sofía – ¡Por eso insisto!, dejemos todo para otro día.
  Martina – Ya queda poco, todos vamos a poner un poquito de buena voluntad, y de esa forma llegaremos al fondo de la cuestión.
  Antonio - ¡Está bien! Haremos un esfuerzo más, talvez el contenido de ese borrador se lo merece.

    Pedro escucha en silencio, él también está impaciente por conocer el final de este documento:

  Pedro – Sigan por favor, el sueño se está apoderando de mis neuronas, y pronto quedaré dormido.
    Martina – ¿Uds. creen que yo no tengo sueño?, pero mi curiosidad es mayor y seguiré leyendo. ¡Hay! Se me cayeron los lentes, justo debajo del sillón de Pedro.
    Antonio – Yo te los traeré hermana.
    Martina - ¡No lo puedo creer, el cristal derecho se partió! Me será imposible seguir la lectura.
    José – No te preocupes, yo la haré.

   Y José sigue leyendo:

  Capítulo 6 – Por lo tanto he decidido considerar los capítulos anteriores, y ser lo más justo posible.
  Capítulo 7 – El cincuenta por ciento de mi fortuna se dividirá entre aquellos amigos y familiares que tengo registrado en mi diario íntimo.

   Nuevamente se hizo un breve silencio. Los ojitos de Antonio hacían un esfuerzo para no cerrarse, y el mayordomo Pedro roncaba en un cómodo sofá.
  Martina, dando un golpe de puño sobre la mesa pone en una nueva alerta a la familia, incluso un breve sobresalto de Pedro.
 
Martina - ¡Parece mentira!, que falta de respeto a nuestro tío, que con su propio puño y letra, escribió estos mensajes.
   Antonio – Qué seguridad tenemos nosotros de estar en ese diario íntimo, que ahora apareció.
 José - ¡Por supuesto que estamos! Éramos sus sobrinos predilectos.
  Antonio – Por favor José, éramos los únicos, y amigos no le conozco ninguno.
 Sofía – Dime, el gerente del Banco, ¿no era su amigo?
  Antonio - ¡Imposible!, cada vez que se encontraban, discutía por política, e incluso se cambiaban de calle.
 Martina – Creo que el tío nos decía, que su mejor amigo es el cura.
 Sofía - ¡Que va a ser el cura!, jamás le dio un peso para la iglesia.
  
   En esos momentos la ventana del cuarto del fondo se abre bruscamente, ingresando desde el patio, un enfurecido gato negro que pasa velozmente por la sala.

martes, 28 de diciembre de 2010

¡QUÉ ILUSIÓN LOS REYES MAGOS!

Como recuerdo con nostalgia, aquellas noches diáfanas del cinco de enero, sentado en el patio de mi casa, observando con atención el mar de estrellas que tenía a mi vista. Mis padres me habían dicho que desde una lejana estrella llegarían aquellos hacedores de sueños. Ya había escrito mi cartita, donde inteligentemente mis padres, me guiaban con el pedido.
   Que sana ilusión,  mirando esa noche cada una de las estrellas que iluminaba mi espera, guardando la esperanza de que mi pedido haya llegado a tiempo. ¡Debes dejar pasto y agua para los camellos! decía mi padre, ellos vienen de muy lejos, y llegarán sedientos a nuestra casa.
  Los minutos se hacían días, y las horas meses. ¡Hay que acostarse!, me decía mi madre. Después de vueltas y vueltas en mi cama, quedaba dormido.
  Apenas el sol golpeaba en la ventana de mi cuarto, corría al encuentro de mis zapatitos, que rodeado de extraños paquetes me llenaba de asombro.
  Sentado en el suelo acariciaba con sorpresa, aquella bicicleta, que sin haberla pedido, hoy era mía. Después de un largo rato, salía del éxtasis de la ilusión cumplida.
   Después de tomar mi desayuno, mis padres me autorizaban a salir a la vereda, para encontrarme con los demás chicos del barrio, donde compartíamos los regalos recibidos. La pelota de Juancito, el camión de madera de Pedrito, el juego del caracambio del morochito de la esquina. Que felices nos sentíamos, que nuestra cartita había llegado a tiempo.
   Aquella frescura de niño ilusionado, quedó en un querido recuerdo. Gracias a mis padres, por haber despertado en mí la capacidad de sorprenderme, con aquella misteriosa venida de los queridos REYES MAGOS.
   No perdamos nunca la capacidad de sorprendernos, y encontremos cada día un motivo nuevo para seguir viviendo.

domingo, 26 de diciembre de 2010

LOS GALARZA, Hombres de coraje (1ra.parte - 1/2)

  La familia Galarza, siempre estuvo vinculada a la zona de Dolores (URUGUAY), en el paraje Paso de la Arena, a 5 kms.  de nuestra Ciudad, en el paraje Las Maulas, en la Villa de Soriano (URUGUAY), y  en una zona muy extensa de esta Jurisdicción.-
  La casa paterna de la familia Galarza, se encuentra en Villa de Soriano, en la calle principal, siendo su estado actual en ruinas.- En ella vivió Don José Galarza (español) y su esposa Maria Encarnación Esteches (criolla).- Su hijo Gervasio GALARZA, nace en esa Villa y se casa con María Fleitas.- De este matrimonio nacieron: Pablo, Mónica, Ciriaca, Ignacia, Bernardina, Nicasia y Gervasio Leopoldo.-
   El Gral. Gervasio Galarza, hombre aguerrido, y famoso por sus expediciones militares, muere a los 77 años a consecuencia de edema pulmonar aguda, en la Ciudad de Mercedes (URUGUAY) el 13.06.1901.- Se encuentra sepultado en el Panteón familiar Lema-Galarza en Villa Soriano.- Dos de sus hijos siguen la carrera militar y logran altos cargos en el Ejército Nacional.- Con el cargo de Cnel. tenemos a Pablo y Gervasio Leopoldo.
  Gervasio Leopoldo, fue integrante de la Comisión Ejecutiva Económica Departamental, y tuvo oportunidad de visitar la Villa de Dolores en varias oportunidades.-
   Según cuenta la historia, el Gral. Galarza tuvo su caballeriza en el Paso de la Arena, y su cuartel General, al otro lado del río San Salvador, en la estancia La Calera.-
  Según parece la cañada de Mentaste, ubicada en el camino al Paso de la Arena, era el límite de los “negros galarceros”, como le decían en aquella época.- Pasando la cañada, mandaba la gente de Galarza.-
   Vamos a ubicarnos en el año 1892, más exactamente el 21.03.1892.- Voy a transcribir parte de la concesión que le hace el Gobierno Nacional, al Cnel. Pablo Galarza de una fracción de campo.-
  “En Montevideo a veintiuno de marzo de mil ochocientos noventa y dos, el poder Ejecutivo de la República, representado en esta acto por el Excelentísimo Señor Presidente Doctor Don Julio Herrera y Obes y su Excelencia el Señor Ministro Secretario de Estado en el Departamento de Hacienda Doctor Don Carlos María Ramírez por una parte y por la otra Don Ramón Lamadrid en representación del Cnel. Don Pablo Galarza.  Por ante mí el Escribano de Gobierno y Hacienda y los testigos al final firmados dicen: Que Don Máximo Fleurquin en representación de Don Pablo Galarza, se presentó en Julio de mil ochocientos ochenta y nueve denunciando una pequeña fracción de campo fiscal situada en el Dpto.de Soriano, con una superficie de 77 has. En la zona del Paso de la Arena, con límites a la Cañada Mentaste” El documento en extenso pero en realidad se le concede la fracción solicitada al Don Pablo Galarza.- Dicha chacra tiene como vecinos a Don Mamerto Pages, Victoriana Romero, Pedro Sanguinetti, Antonio Furtado y el mismísimo Gral.Gervasio Galarza.-
   La mensura del campo la realizó el Agrimensor Municipal Don Juan Cima, un italiano, radicado desde 1875 en la Villa de Dolores.-
  En agosto de 1905, el Cnel. Pablo Galarza, vende a Don Mamerto Pagés una fracción de 16 has., y en octubre de 1910 le vende el resto al conocido vecino de esta Villa Don Carlos P. Puig.-
    El Gral. Gervasio Galarza, tenía su establecimiento en la “Costa de las Maulas”, que luego pasa a Don Francisco Solari, y hoy en propiedad de la familia Rivarola.- En dicho establecimiento, había calabozos que fueron utilizados en la época del Gral.-
  Desde su domicilio manda una solicitud a la Comisión de la Junta Económica Administrativa Dptal. Solicitando se le renueve el contrato que mantenía con esa Administración por la Isla del Naranjo, utilizando su potencial  de forestación para hacer leña y madera.- Como el Gral.Galarza,  “no sabía firmar”, siempre mandaba un representante y en esta ocasión firma la documentación su hijo el Cnel.Pablo Galarza.-El veintinueve de marzo de mil ochocientos ochenta y nueve le confiere poder especial para que lo represente a Ángel Dufour.-

General Gervasio GALARZA – (Padre) nació en 1817

 Sirvió a las órdenes del General Oribe en 1839, como subalterno del Capitán Liborio Acosta. Hizo las campañas de la Guerra Grande a las òrdenes del General Rivera. En esa guerra prestó grandes servicios a las familias de Colonia y Soriano, que se habían refugiado en la Isla de Martín García.-
  Mas tarde fue oficial a las órdenes de Máximo Pérez. Fue parte activa en la Batalla de San Antonio a órdenes del General Garibaldi.-
 Se distinguió en la Batalla de Manantiales durante la guerra de Aparicio, como asimismo en Perseverano. Salvó al Ejército del General Caraballo en “Corralito” en la memorable acción del “Rincón de la Higuera”.-
 Fue Oficial a órdenes del General Flores en la Cruzada. Actuó en todos los movimientos armados hasta 1897.-Recibió los despachos de Sargento Mayor efectivo el 19 de abril de 1870.- Ascendió a Teniente Coronel, el 6 de octubre de 1870. A coronel Graduado el 1º de diciembre de 1875. A Coronel efectivo el 1º de febrero de 1882. A General de Brigada, el 8 de febrero de 1886. A General de División el 22 de marzo de 1890. En varias ocasiones desempeñó la Comandancia  Militar de Soriano y el mando de la División del mismo Departamento.-
Breve reseña de su actividad. En los días más angustiosos que pasó el partido Colorado, contaba entre sus abnegados servidores al Gervasio Galarza.El 27 de marzo de 1845 el General Rivera que defendía la campaña de la invasión de Oribe, que paseaba el estandarte sombrío de la restauración, es derrotado en campo de India Muerta, donde 800 riveristas sucumben; la mayoría pasados a degüello por las bordas de Justo José de Urquiza, el sangriento gobernador de Entre Ríos. Galarza se encuentra en aquella trágica jornada y logra salvar para  continuar luchando por la Patria, en tanto que Rivera a consecuencia de aquel fuerte desastre, se va obligado a refugiarse en el Brasil.-
 Junto al héroe de ambos mundos, el General Garibaldi, el cual hallándose en el Yaguarí decía de Galarza y sus compañeros, en nota dirigida al Ministro de la Guerra de la Defensa, que eran verdaderos hijos del heroísmo, por la abnegación con que sobre llevaban aquella vida azarosa, toma parte de la sorpresa de Gualeguaychú y sigue a su lado, hasta encontrarse en la gloriosa jornada de San Antonio, donde con el grado de Sargento hace prodigios de coraje y, junto al bravo legionario que derrota completamente las fuerzas de Servando Gómez jefe del Ejército oribista.-
 Antes de esta acción, el  11 de setiembre de 1845, las fuerzas del bravo Capitán Ledesma, sorprenden en el Rincón de las Gallinas al caudillo blanco Martín Baldenegro, al que hacen prisionero con todas sus fuerzas.  En este combate muere el Sargento Moreno, compañero de armas de Galarza y, que con este acompañaban a Ledesma, después del desastre de India Muerta. Después de San Antonio, se inició la época más difícil para Galarza, pues durante más de dos lustros siguió luchando sin tregua en defensa del partido Colorado y más que nada en defensa del Pueblo todo, amenazado a cada instante por los peligros de aquellas horas sombrías.-
  Este es quizás su más hermosa actuación, no obstante no poder señalarse las acciones en que le tocara actuar por las fuerzas de las circunstancias porque atravesaba el Paìs.
  Transcurre la magna epopeya de la Defensa de Montevideo; los blancos con hábiles artimañas ocupan el poder, el General César Díaz triunfa en Cagancha, pero cae en Quinteros en los lazos de la más infame traición; por fin Flores realiza la Cruzada Libertadora y, en dos años de batallar sin descanso derroca al partido de Oribe y va todavía al Paraguay a llevar la libertad a los hermanos esclavizados por Francia, el protervo tirano de una nación valerosa.
  En todo este tiempo Galarza no cesa de combatir en tanto que en el campamento de la Unión, Oribe hace despellejar prisioneros por la hábil mano de Canes y Lasaba confecciona lista de salvajes unitarios para pasarlos a desguello y Cabrera clava su puñal en las espaldas de Florencio Varela.-
  El modesto caudillo sorianense vela por todos; se pierde en los bañados de los montes, azota los ríos desbordados, monta a caballo y se oculta en las noches tormentosas y cae sobre el enemigo para exterminarlo, a lanza y facón; en peleas junto al fogón en lo más arcano de las Islas del Río Negro; junto con Valentín Gutiérrez otro bravo de la estirpe ayudan constantemente al ejercicio de Flores y mantienen este departamento libre de la invasión oribista.
  Así llega la hora e que estalla la revolución del 1870; Galarza pelea en el combate de Yapeyú, después el 27 de marzo de aquel año con los Coroneles Pérez Olave y el Comandante Cardozo derrotan al General Aparicio en el Rincón de Ramírez; más tarde vence a los revolucionarios José y Antonio Álvarez y defiende hábilmente la retirada en el combate librado con el Coronel revolucionario Emeterio Pereira, en agosto de aquel año, teniendo a su lado doce hombres solamente, entre los que figuraban: Luis Madrid,(doloreño)oficial de la Guerra Grande y Miguel Ventura Puig, oficial de la Cruzada Libertadora, inicia la reorganización de la División Soriano con la cual reconquista el Departamento invadido por la revolución de Aparicio. Es entonces, que en la proximidades de la Villa, derrota las fuerzas comandadas por el Coronel Visillac y Guruchaga, Salvaña y otros; después de esto se halla en la triste jornada de Corralitos donde es vencido  el General Caraballo, Jefe de las fuerzas coloradas y en donde el Comandante Galarza con hábil maniobra salva al ejército vencido llevándolo al Rincón de la Higuera, donde pelea con éxito al día siguiente. El 2 de enero del año 71, bate las fuerzas revolucionarias del Comandante Romero que se encuentra en esta jurisdicción; en febrero derrota en Don Esteban Depto.de Paysandú al Coronel Enrique Olivera; dos días después infiere un desastre al Comandante Juan Centurión a quien mata más de 30 hombres; el 21 de marzo vence en Fray Bentos a los revolucionarios de tránsito Pérez y Manuel Giles, 17 de abril se halla en la decisiva batalla de Manantiales; donde las fuerzas del Gobierno al mando del General Enrique Castro, el héroe del Paraguay, deshace el fuerte ejército de Timoteo Aparicio. En esta batalla el Comandante Galarza, era, jefe de la extrema vanguardia tenía a sus órdenes al Comandante Veleza, célebre por su valor legendario-
  Después de esta acción, Galarza continúa persiguiendo los últimos grupos de la revolución y bate en Cololó a los Jefes Urán, Corrales y Álvarez donde estos pierden más de 70 hombres.-
  En mayo de 1875 estalla la revolución tricolor; Galarza corre a las filas legales y en el combate de Perseverano, salva las fuerzas gubernistas que conduce al Carmelo después de la derrota. Terminada esta revolución sigue sirviendo al Partido Colorado sin defeccionar jamás legando un ejemplo de continuidad a sus hijos; hasta que falleció pidiendo que se le sepulte en el solar chaná comarca de sus proezas y cariños.

viernes, 24 de diciembre de 2010

LA ANCIANA Y LA NIÑA

       Todos los días cuando Rosario regresaba de la escuela, cruzaba la plaza de su pueblo. Como un elemento más de ese paseo público, se encontraba Doña Angélica sentada en un viejo banco de hierro. La anciana de cabellos blancos, lucía pollera larga, zapatillas de abrigo, junto a un bolsito de cuero muy deteriorado.  Su mirada perdida, talvez en un recuerdo querido que hoy ya no está. Cuando Rosario pasaba junto a ella, la observaba en silencio, pero con la curiosidad del niño por lo desconocido.
    Uno de esos días decide detenerse para hacerle algunas preguntas. Los ojos de la anciana continuaban en la búsqueda de aquella figura perdida en el infinito, que posiblemente jamás encontrará.
  “- Buenos tardes señora, ¿Cómo se llama? Los reflejos un poco lentos de la anciana, jugaron con la acelerada inquietud de un niño. ¿A dónde vives, tienes familia? Girando lentamente su cabeza mira detenidamente a la niña, respondiéndole: “Tú eres la pequeña que pasa todos los días, y no me saluda” “Mi nombre es Angélica”. ¿Qué quieres?
 La niña sumamente sorprendida por las palabras de la anciana, decide continuar su camino.
   Pero el inquieto bichito de la curiosidad quedó latente en Rosario. Al otro día nuevamente se detiene, pero ya decidida a escuchar algo más de la extraña anciana. “Buenas tardes señora Angélica, ¿como está Ud?.”  Sorprendida por una galantería poco común hacia su persona, la invita a sentarse con ella.
   “Me dijiste que te llamas Rosario”. “¿Que raro una niña preocupada por una vieja?.” La niña buscaba en su mente las palabras justas para comenzar un diálogo amable. “No estoy de acuerdo con la palabra vieja” indica la niña, “como yo no tuve la dicha de conocer a mi abuela, me pareció ver en Ud. la persona indicada para representarla”.
   El rostro de aquella mujer seguía rígido, y su expresión indicaba desconfianza. La niña nuevamente busca respuestas a todas las dudas, que había acumulado durante tanto tiempo. ¿Dónde vives Angélica? ¿Tienes familia? –“¿Tú crees niña, que si yo tuviera familia me encontrarías todos los días sentada en este banco?”. “Estaría con ellos disfrutando de su cariño, de sus caricias, de sus besos, en fin, lo que se recibe cuando hay una verdadera familia”
    Esas pocas y sinceras palabras quebraron a la niña, que lloró en el hombro de esa abuela imaginaria. Un nudo en su garganta le impedía expresar lo que su corazón le decía. Le dio un beso y partió a su domicilio. En su casa guardaba en secreto el encuentro con la anciana de la plaza. La madre la regañaba por la demora, teniendo siempre la excusa justa para la ocasión.
   Los encuentros seguían a diario, las charlas eran más extensas, tejiendo una amistad sincera y de corazones abiertos.
   Una tarde la anciana le dijo: “Te he traído un recuerdo de mi niñez que atesoraba entre mis pocas pertenencias”. De su bolso de cuero retira una muñeca, con cabeza de loza, y un vestido largo de color indefinido. “A partir de ahora será tuya, y espero que la cuides como yo lo hice durante tantos años”.
    Con sus manos temblorosas la niña toma la muñeca, le da un beso, la observada detenidamente y le expresa: “Nunca he tenido un juguete que guarde en su interior tanto amor”. “Gracias abuela, la voy a llamar así si tu me lo permites “Ángela”, porque nombrándola a ella, te recordaré a ti”
      No fue fácil el momento para la anciana, encontrar esta dulce niña, que sin ningún interés se acercó a ella, brindándole un amor sano, sin especulaciones y sin mezquinos intereses.
    Los encuentros continuaron todos los días, a la misma hora y en el mismo banco. Un día no estaba la abuela, y en su lugar se encontraba un libro escolar de tercer año. Dentro del mismo, una breve esquela: “Rosario, este libro también es para ti. Los caminos de la vida son difíciles de transitar, pero tu encuentro fue lo más hermoso que me había pasado. Dios me dio la bendición de conocer un ángel, que seguramente le habló de mí. Hoy vino mi hijo que estaba en el extranjero, y me lleva con él. Que Dios te bendiga, Angélica”.
    Esa niña atesoró por muchos años la muñeca  y el libro, recordando en sus oraciones, a aquella abuela que conoció accidentalmente y que hoy guarda en un lugar muy preferencial de su corazón.
  

LA VIDA

Cuando observas en un banco de plaza
un niño y un anciano tomados de la mano
te enseñan que debemos  gozar la vida
El niño con la fuerza de un volcán en erupción
el anciano con sus fuerzas disminuidas, pero aún vivo
disfrutan  algo en común, la vida
Cuando entra un rayo de luz por tu ventana
Esa es la vida
Cuando canta un pájaro en tu jardín
Esa es la vida
Cuando amas, lloras, te desilusionas
Esa es la vida
Por todas estas situaciones vivió el anciano
Por muchas de ellas vivirá ese niño
No dejes que nadie, frene tu destino
Goza la vida




LA PACIENCIA

No corras apresurado, si al tiempo no le vas a ganar
Solo mortificas tu alma, y desperdicias valores
Vive al ritmo de tu corazón, no aceleres tus emociones
Ten paciencia
No busques lo imposible donde no lo existe
deja que la vida te enseñe a buscar lo que perdiste
Disfruta cada instante  del amor presente
no permitas que de tus manos se escape
Ten paciencia
Si al correr llegas primero, seguro pierdes
Lo más lindo que tiene la vida, no lo observamos
Queremos conseguir todo en un instante
sin disfrutar el momento
¡Y sin darnos cuenta!, se nos va la vida
Por eso, ten paciencia.

TINO - Capítulo 1 - Su nacimiento (1/10)

Capitulo 1: Su nacimiento
         En un barrio muy marginado de una ciudad, nace un niño. Vivienda muy precaria, de chapa, y en espacio de cuatro  por cuatro, tenía todo.- Dormitorio, cocina, y baño.- En ella, vivía sola una joven mujer que dio a luz un hijo, de un padre, que nunca miró por él. Soltera, trabajando en changas, un perro solamente la acompañaba.- Su embarazo lo llevó a los golpes, cuando en una fría noche de invierno, sola, sin que nadie la ayudara, tuvo su hijo. Esa joven muchacha se llamaba María Petrona,  pero era conocida como “La Beba”.
        Muy pocos se enteraron de lo sucedido, la cruel realidad, la llevó que nuevamente tuviera que salir a trabajar, para cubrir las necesidades mínimas de abrigo, algo de  alimentación, para esa nueva vida, que seguramente estaba destinada a la marginalidad, de la cual había salido.
    Con apenas una semana de vida, de haber nacido su hijo, como pudo, sin nadie que la acompañara, lo lleva a registrar al Juzgado de su pueblo. ¿Cómo se llamará?, le preguntó el funcionario judicial; y ella con voz pausada y entrecortada, indicó, “lo llamaré Valentino”, como mi abuelo. ¿Nombre del padre? –“No lo conozco”- nuevamente pregunta  el funcionario ¿Su nombre y estado civil? –“Me llamo María Petrona Dos Santos, soltera “-
   Vuelve nuevamente a su  realidad, que seguramente en su mente están las bolsas de residuos, los desechos domiciliarios, y porque no, pedir puerta por puerta. Ya nadie la quería recibir con un niño en brazos, decidiendo, dejarlo en la precaria vivienda, con la sola compañía de su perro.
  Después de caminar varios días, puerta a puerta, comercio tras comercio, llega a la vivienda de una anciana sola, que necesitaba ayuda, para la limpieza de su casa. La oferta económica, era muy escasa, pero la necesidad de trabajo era mucho mayor.
   La enérgica anciana, mirándole a los ojos, le indica; “venga temprano, bien aseada y con ropa limpia”, pero no faltó la pregunta de rigor ¿tienes chicos? Bajando la cabeza, la joven muchacha niega la existencia de su pequeño hijo, con tan solo treinta días. La nueva patrona vuelve al interrogatorio ¿Cómo te llamas? “-Me dicen Beba”-
   Contenta por haber conseguido trabajo, regresa a su vivienda, donde encuentra a su Valentino, acompañado por  el perro. ¿Que le doy de comer se preguntó? Su leche materna entrecortada, no lograba satisfacer al pequeño lirón. Sus vecinos, también dedicados a la mendicidad,  era imposible que la ayudaran con una taza de leche.
   Decidida, pero con la mente un poco confusa, sale nuevamente a la calle, en busca del alimento para su chico. Piensa, “a donde golpeo, que digo”, si en todo el barrio, no sabían nada de su reciente maternidad.     
   Se le cruzan por la mente, diferentes situaciones que debió sobrellevar, llegando a su memoria un veterano viudo, que muchas veces, con piropos cargados de malas intenciones, la saludaba cuando pasaba por su vivienda. El asco, la rabia, la impotencia, le invadieron inmediatamente sus pensamientos, pero no había salida. Valentino debía comer.
   Aquel día por unos pocos pesos, vende su cuerpo, no mirando para atrás, conseguirá el alimento necesario, para su hijo.
   Esa noche junto a su hijo, acompañada por el perro durmió esperando  la mañana siguiente. Ya finalizaba el invierno, seguramente la helada no golpearía tan crudamente en el techo de chapa. 
    Al otro día bien temprano sale para su trabajo, con la tranquilidad de que el niño estaría acompañado por su fiel perro,  quedando encerrado  en la vivienda.
   La dura realidad golpeaba a diario, en los primeros meses de vida para Valentino. Poca comida, largas e interminables horas solo, sin la figura paternal en los momentos del llanto, y un entorno familiar ausente.
    Con algo de suerte, con la ayuda de Dios, con una madre que trabaja el día entero, y gran parte de las noches de retorno tarde, crece este niño.
  Los primeros pasos, junto al reconocimiento del barrio, no se hicieron esperar. Sus ojos vivaces y su pelo enrulado, ganaron fácilmente la simpatía de sus vecinos. Otro pequeño que apenas comenzaba a formar las primeras palabras, lo llamó “Tino”, lógicamente el nombre Valentino para él,  le era muy difícil de pronunciar.
    A partir de ese día todos lo conocieron como “Tino”.
    Su madre continuaba trabajando en diferentes casas de familia, pero su actividad nocturna no la abandonaba. Un día llega a la humilde vivienda de Tino, una joven apuesta, de cabellos negros, lentes de carey de color marrón, cartera al hombro, portafolio de un cuero envejecido, que se presenta como “Sofía” asistente social.
   El niño sorprendido, y un poco asustadizo, sin separarse de su perro, le pregunta ¿Ud. quien es?, ¿Qué quiere, mi madre no está?
  La joven con voz impostada, pero dulce, le responde –“vengo a conocerte,  lograré convencerte para ir a la escuela”- “Eso no podrá ser”, contesta el niño, con apenas siete años, “no puede dejar sola nuestra vivienda, seguramente Tony mi perrito me va a extrañar”.
   Sorprendida por la respuesta del niño, vuelve a preguntar ¿Donde trabaja tu mamá, y a que hora vuelve? “No lo se, contesta Tino, solo la veo cuando comienza la noche”.
   La apuesta joven, al ver tan delicada situación, decide retirarse, pronto  hará el informe a sus superiores, para una nueva gestión.
   La carpeta se archiva, el informe quedará inconcluso,  cuando llegue una nueva denuncia, se abrirá el caso, para que nuevamente se haga la investigación de rigor.
   Todo parecía seguir un destino cargado de dolor, pobreza, incertidumbres, donde la desgracia era moneda corriente todos los días. Hoy su madre salió mas tarde que lo acostumbrado. Su pelo con una cola bastante desprolija, boca bien pintada de rojo, sus ojos sombreados, pollera muy corta, con su clásica cartera al hombro.
    Esa noche, como tantas, llegará algo diferente a las acostumbradas por Tino. Hoy no venía sola.  Entra a la habitación con un señor mayor, de estatura mediana, mirada enrojecida por el alcohol,  con una voz subida de tono que le grita “hoy harás lo que te diga, hija de perra, estoy cansado de promesas, y no he logrado nada de ti”. Los gritos retumbaran en la pequeña habitación; el pobre niño asustado le pregunta a su madre, ¿Qué está pasando mamá? ¿Quién es este hombre? ¿Qué te reclama, por favor?
   Por un momento el silencio, pero sin mediar palabras, el extraño visitante, golpea con su puño, el rostro de la mujer, que explota en llanto. ¿No llores mamá, suplica el niño? ¿Por qué golpea a mi madre? ¿Con que derecho?
  Volvió el silencio, nadie responde, el niño en un rincón de la habitación abrazado a su perro Tony, no retira sus ojos del rostro de su madre, al fin este hombre enloquecido por el alcohol, se retira.
   Tino, también llorando, se abraza de su madre, ella acaricia su pelo  diciéndole “no más preguntas hijo, no volverá a suceder”.
   Seguramente mañana volverá la rutina, para todo seguir igual. Pero al otro día, su madre no sale. El golpe en su rostro, fue el último de una serie, que se habían sucedido antes de llegar a la casa. El niño la miraba sin saber el motivo de esa brutal golpiza, que dejó a su madre tirada en la cama, sin fuerzas para poder salir a trabajar.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

RINCON INFANTIL -(4) - EL VUELO DE LA MARIPOSA

         Cuando nació, no pensó que iba a encontrar este mundo maravilloso. Sus primeros vuelos, los hizo sobre un campo sembrado de lino. Gracias a una leve brisa,  acariciaron sus alas las flores celestes. La curiosidad por conocer lo que la naturaleza le ofrecía, aumentaba a cada instante. Llegó a un exquisito jardín, que pensó ¡Me darán las fuerzas de mis alitas, para recorrer esta maravilla que tengo frente a mi¡ Se posó sobre una margarita, luego las rosas, recorriendo una a una las flores del jazmín, la madreselva trepada en un muro le dio un leve descanso.
     No podía dejar de visitar las dalias, la campanilla, y las rojas flores de los hibiscos. Una hermosa niña rubia observaba su vuelo. Se acercó, acarició sus alas, y mirándola con ternura, la dejó volar.
   Ella sabía que debía disfrutar a pleno, lo que estaba viviendo. Su vida sería corta, pero cuando se apague su luz, deberá estar satisfecha. Por eso voló todo el día, sin descansar un instante. Al llegar la noche la esperaba el silencio y la oscuridad. No importa pensaba ella, el tiempo que le permitió Dios en esta vida, lo aprovechó a pleno.
   Debemos imitar a la mariposa, viviendo a pleno y con dignidad. Gozar de las maravillas que Dios no ofrece en nuestro camino, agradecer por tenerlas tan cerca, pensando que la vida es corta, y que es tan lindo vivirla.

RINCON INFANTIL -(3) - LA REINA DEL JARDIN


                                            Una niña de cabellos dorados, prolijamente cuidados por  una cinta verde, caminaba por un parque lleno de flores, arbustos, pajaritos de diferentes cantos y colores, que hacían el regocijo de esa pequeña, de apenas diez años.    En su mano derecha llevaba un ramillete con flores rojas y amarillas, que serían el deleite de cualquier abejita picarona.
     Su rostro se llena de asombro, cuando muy cerca de ella, puede observar una enorme mariposa de brillantes colores, con sus alas desplegadas, que por su tamaño cubría varios arbustos del parque.    No podía creer lo que veía. Abría y cerraba sus ojos celestes, como buscando una respuesta a la extraña visitante.
   Dentro de su asombro escucha una dulce voz que le dice: “Te llevaré a conocer mi jardín, y juntas haremos un viaje maravilloso”. Los pequeños animalitos del parque, rodeaban a la mariposa, sin comprender lo que estaba pasando. La más curiosa fue la ardilla que abandonó su cueva en el tronco de un árbol, para decirle ¿Por que viniste a nuestro parque?.
   Ya no había tiempo para respuestas. La mariposa prepara su vuelo, llevando a la niña con ella.
   “No temas”, le dice la mariposa, “conocerás un mundo fascinante, lleno de dulzura y amor, con una convivencia sin envidias, ni rencores”. “Observarás mientras hacemos el viaje, como es el mundo en que tu vives”. “Pero todo puede cambiar, si hay amor, humildad, comprensión, dejando de lado los rencores y el odio.”   La niña no comprendía muy bien el mensaje de la mariposa, y se dejó llevar, sin dudar de la buena fe de su compañera de viaje. 
   El viaje se realizó con total armonía, sobrevolando ciudades, montes y campos.
  A lo lejos escucha una música muy suave, llena de energía, pero con mucha paz. “¡Hemos llegado…., sonríe!”  le indica la mariposa.
  La niña ya no tiene miedo, ni duda de la calidez del lugar maravilloso que pronto conocerá. El viaje había finalizado y solamente desea no defraudar como huésped, a los dueños de casa.
  Llegan a un hermoso jardín, repleto de flores de diferentes colores y aromas. Las mismas están  prontas para recibir la visita de las cariñosas abejitas, que en una total armonía, retiran el dulce néctar que llevarán a su colmena.
   Le da la bienvenida un simpático escarabajo, deseándole una feliz estadía en el “Jardín del amor”. El picaflor la invita a dar una recorrida por los rosedales. Las hormigas son las encargadas de la limpieza del jardín, llevando todas las hojas caídas, a un viejo pozo destinado a los desechos.    El grillo un poco mas curioso le pregunta ¿Cómo te llamas hermosa niña? “Mi nombre es Patricia, y soy la más pequeña de mi seis hermanos”
    Al rato un saltamontes vestido de gala, la invita a dar un paseo por el jardín. Tomados de la mano, observan con detenimiento las flores de margaritas,  a cuya sombra dormía una vaquita de San Antonio.   Tarde agitada y llena de emociones para Patricia, cuando de repente se presenta ante ella un caracol, que recién se había enterado de la presencia de la niña en el jardín. “Si quieres pasear conmigo, lo haré con mucho gusto” le dice el caracol, “Pero sabrás que mi andar es lento, porque llevo conmigo mi pequeño hogar.”
   Patricia agradeció la invitación del caracol. El sol se estaba ocultando, pero las eficientes luciérnagas, hacen de la noche el día, con el don de luz, que le regaló Dios.
   La pequeña niña muy cansada, se sienta sobre el pasto, junto a un frondoso árbol, que será el centro de atención de todos los animalitos que viven en el jardín.
   Esa noche todos rodeaban a Patricia. Las abejas le ofrecieron la miel  pura de su colmena, las ardillas le trajeron unas hermosas nueces, los grillos la entretenían con su canto, las hormigas prepararon el lugar de la recepción haciendo la fajina, el tero vigilaba la zona, siendo el escarabajo el maestro de ceremonia.
   Cada uno contó su historia, y su papel principal en el jardín. Como siempre la lechuza llegó tarde a la reunión, pidiendo mil disculpas a la homenajeada. El loro fue el encargado del discurso, que con voz pausada, pero clara le dijo: “Toda esta comunidad del jardín del amor, te recibe orgullosa, deseando que tu estadía,  sea placentera, que hagas amigos, y que no los olvides.  Por eso  hemos decidido nombrarte la reina de nuestro jardín.”
   Patricia no puede hacerse una idea de lo está pasando. Todos esperaban las palabras de ella, que con un nudo en la garganta les dice: “Yo me siento alagada con vuestro nombramiento, pero como Uds. deben suponer este no es mi lugar”,”En esta visita a este jardín maravilloso, pude comprender, que la amistad existe de verdad, que seres muy diferentes entre sí, pueden generar amor incondicional.”
  “Solo tengo diez años, pero mi corazón se desborda de emoción, viendo que cuando se quiere, se puede.” Su voz cada vez se apagaba más por la emoción, abrazándolos a todos, les dijo.”Muchas gracias, los recordaré siempre”, quedándose dormida profundamente.
   Al otro día se despierta sobresaltada, oyendo la voz de su madre que le dice “levántate Patricia, ya es hora de ir al colegio” Una lágrima y una sonrisa sellan su rostro.  Toma el desayuno muy callada, pero decidida a preguntar a su madre: “¿Mamá tu crees en la amistad, entre seres muy diferentes, pero que tienen en común el amor”? “Por supuesto” contestó su madre, “pero a que viene esa pregunta”, -“ya no importa, algún día te lo contaré”.
   Toma su mochila, guarda un bizcocho en el bolsillo de su túnica, observa antes de irse el jardín de su casa, cierra sus ojos para recordar por unos instantes lo vivido, y ya no tiene dudas que el verdadero amor existe, solamente hay que saberlo sembrar. Saltando y cantando se dirige a la escuela, que seguramente será tierra fértil, donde deberá comenzar a germinar el amor y la sabiduría que le enseñaron en el aquel jardín maravilloso, de la mariposa viajera.


martes, 21 de diciembre de 2010

EL PAN DULCE DE LA ABUELA


      Como no recordar y añorar aquellos deliciosos panes, que la abuela preparaba con sus propias manos, castigadas por el paso del tiempo. No presentando excusas en el momento de ofrecer su especialidad.
   Desde el portón de entrada a su vivienda, me embriagaba el aroma, que el horno de su cocina a leña, me entregaba en forma clandestina.
   Su delantal no podía faltar en su indumentaria. La receta que guardaba en su memoria, era un secreto jamás revelado. El dulce seco cortado en trocitos,  las pasas de uva, y un chorrito de coñac le daba el toque final.-
   Llegaba la esperada noche. Sentados alrededor de la antigua mesa, compartíamos diferentes manjares, preparados por mi madre, y mis tías más cercanas. Había que guardarse para el postre. Como todos los años, nos avisaba al llegar, que no había tenido tiempo de amasar nuestro pan favorito. Por supuesto nadie le creía.
  Al fin, la abuela se dirige a su armario de dos hojas, recuerdo de sus padres, retirando una bonita bandeja donde luce en rodajas prolijamente ubicadas, el pan dulce.
   ¡Sólo una, porque me salió chiquito! nos decía la abuela. El silencio se apoderaba de nuestras vidas, y solamente se escuchaba  decir, ¡que rico, que rico!
   Con cara de satisfacción la abuela nos observaba. Todos rogábamos por la salud de la abuela, para que las próximas navidades, su exquisito pan dulce estuviera en la mesa.
   

SE FUE Y ME DEJÓ SU MUERTE

    Desde muy joven aquella muchacha, dedicó su vida al cuidado de su padre.
Noches enteradas junto a su lecho, velaba el sueño, y contaba sus respiros. La leche pronta, la comida caliente, la ropa limpia, sus medicamentos a tiempo. Semanas enteras sin ver las mañanas, y noches muy largas, sin observar las estrellas. El amor pasó de largo, y la cabellera perdió su tinte. Los años golpean aquella muchacha, sin tener tiempo de mirarse al espejo. Las hojas del almanaque caían bruscamente, y aquel arbustito que plantó un día, hoy ya es un hombre de copa frondosa.
    Las novelas rosa que leía cuando adolescente, hoy tienen las hojas amarillas y tristes. Aquellas alegres melodías que bailó en los quince,  duermen en la radio que compró el abuelo. Todos sus amigos se fueron casando, ya no tiene encuentros de sueños  futuros.
  El invierno viene fuerte, y acosa al anciano. Los achaques de años pasados, se fueron agudizando, haciendo su mella. Madrugada fría, de viento arrachado, visitando la casa un duro momento.
  Se fue el anciano, dormido y sin prisa, dejando detrás un duro vacío. Momentos difíciles que debía enfrentarlos, sin pensar un instante, el día de mañana.
  Todo fue distinto, la cama vacía, un solo plato ponía a la mesa. Ya no habrá zozobra, todo está tranquilo. Pero ya no es lo mismo. Buscó las mañanas, y las vio nubladas, buscó las estrellas y las vio apagadas. Han pasado los años, y con él se le fue la vida.

sábado, 18 de diciembre de 2010

LA HERENCIA DEL TIO PASCUAL( 3ra.parte- 3/5)


    “El motivo de la carta es adjuntarle el borrador de mi testamento. Su redacción y confección se encarga el notario de mi familia Don Segundino García. Mi salud no es la de antes, ya he cumplido mis noventa años, ¡No se si lo han recordado! En fin, si Dios me lo permite en varios días más se firmará el testamento definitivo. Un fuerte abrazo, vuestro tío Pascual.”

Martina - ¡Por favor José, lee el testamento!
José – Un momento Martina, aún me queda la post data.

 “P.D. A lo justo me olvidaba. Aquel regalo que les hice el año pasado, quedará a cuenta  del resultado del testamento.”

Sofía – Viejo lagarto, solamente nos regaló unos tristes pesos, que alcanzaron para comprarles flores a los finados.
Antonio – No te adelantes Sofía, el tío es muy rico, y estoy seguro que toda su fortuna, será para nosotros.
Martina – Uds. se han olvidado que ese mismo día, que nos entregó esos pocos pesos,  nos mandó a cobrar con un sicario, un préstamo que hacía veinte años, le había dado a nuestro padre.
Antonio – Trataremos de ser prudentes, no entrar en cólera antes de tiempo, y analizar palabra por palabra, que estén escritos en su testamento.
Tía Juana – Me disculpan, debo pasar al baño, Uds. Continúen con la lectura.

    En el mismo sobre que había venido la carta, se encontraba otra hoja de papel manuscrita, con varios tachones y sin firma.

   Pedro – ¿Si les sirvo un café bien cargado para todos, no será mejor, antes de comenzar a leer ese otro proyecto de testamento, que les envió?
  José – Esta bien Pedro. Buena idea y de paso le damos un descanso a la imaginación.
 Antonio – Con el permiso de Uds. me fumaré un cigarro, en mi alcoba.
  Martina – Exquisito café Pedro. Espero nos logre estabilizar emocionalmente, para recibir noticias halagadoras.

    El teléfono nuevamente insistía en su llamado. Nadie se animaba a levantar el auricular, y fue Martina quien con movimientos muy lentos, llegó hasta él.

  Martina – Hola, casa de la familia Cimadevilla, ¿Quién habla?

    Nadie contestaba, y los nervios aumentaban.

  Martina - ¡Por favor!, quién habla
  Voz del teléfono – Perdón señorita, hablo de la florería, y era para informarle que la palma de flores, que Uds. solicitaron está pronta.
  Martina – Nosotros no hemos solicitado ninguna palma, debe haber una confusión.
 Voz del teléfono – En nuestro registro telefónico, figura los hermanos Cimadevilla, ¿Son Uds. no?
 Martina – Por supuesto que somos nosotros, insisto,….debe haber un error, buenas noches.
 Voz del teléfono – Tenemos la obligación de cumplir con los pedidos, ¿Qué hacemos con la palma? La solicitud una señora Juana, dijo ser tía de Uds.
 Martina – Lo que a Ud. le parezca mas coherente, ¡a este domicilio no!

     Entre todos quisieron aplacar los ánimos, tomaron un nuevo café sorbo a sorbo,  servido  por el mayordomo Pedro.  Se preparaban  nuevamente para la lectura del supuesto borrador del testamento.

Antonio – Debemos preguntarle a la tía Juana, si fue ella quien solicitó la palma.
Sofía – Yo iré hasta el baño, a preguntarle.
José - ¡Qué raro que demora tanto!
Martina – No debemos apresurarnos, esperemos a Sofía.
Sofía - ¡Oigan, oigan! la tía no está en el baño, y la busqué por toda la casa, y no la encuentro.
Antonio - ¡Busquémoslas en el patio!

  En esos momentos Pedro, siempre acertado en sus intervenciones, les dice:

Pedro - ¡Pero cómo! ¿La tía Juana no falleció el año pasado?
José – Tiene razón Pedro, la había mordido un perro, y a consecuencias de las heridas falleció.
Martina – Es verdad, y entonces ¿quién era la mujer que nos visitó?
Sofía - ¿Qué pasa esta noche? Es todo tan raro.

  Un inesperado corte de luz,  vuelve a resquebrajar el sistema nervioso de los hermanos. Pero por suerte en pocos minutos, quedó solucionado el corte.
   Nuevamente el vecino llega a la puerta:

  Vecino – Quería preguntarle si Uds. tuvieron un corte de luz.
   Pedro – Si, hace unos instantes, ¿Por qué?
   Vecino – Por simple curiosidad, en mi casa no la hubo.
  Pedro - ¡Ud. nos quiere tomar el pelo! ó las intenciones son otras.
   José – Disculpe señor, se podría retirar, no son horas para molestar a los vecinos.
  Vecino – Ya me habían dicho que era un viejo gruñón, ahora lo compruebo.

   Decidieron no atender más la puerta de calle, dedicándose solamente a la carta recibida.

   José – Creo que tiene razón Martina, será mejor que ella lea este documento, y lo vamos analizando entre todos.
   Antonio - ¡Por favor Martina!, trata de leer sencillamente, y no te pongas hacer comentarios académicos.
  Martina – ¡Por supuesto!, o tu crees que esto es una clase escolar.
  Sofía – No entres en detalles Martina, y comienza.
 Martina – Quiero informarles que la escritura, tiene tachas y borrones, y seguramente se nos hará dificultoso  leerla con premura, tengan paciencia.

   Las campanas de un antiquísimo reloj, indican la media noche. El restaurante de la esquina ya había apagado sus luces, y el auto taxi de Don Froilan se retira de su estacionamiento.
 ¡Que noche para los Cimadevilla!, cuando normalmente a la hora veintidós, todo el mundo duerme.
  Pero nuevamente el timbre de calle, y muy insistente

 Pedro - ¿Qué hago señor José?
 José - ¡Mira por la ventana, a ver quien es ahora!

    Con un poco de desconfianza Pedro retira con cuidado la cortina.

  Pedro - ¡Es una anciana!, con ojos tristes y muy mal vestida.
  José – Pregúntale quien es y que desea.
  Pedro - ¿Qué desea señora, y quién eres?
  Visitante – Buenas noches. Ud. disculpe, ¿esta es  la casa de los hermanos   Cimadevilla?
 Pedro – Sí, ¿Qué desea?
  Visitante – ¡Ud. no me conoce!, soy Teresa la hermana menor de los Cimadevilla.
  José – ¡Que pase Pedro, veremos quien es esta señora!
  Antonio - ¡Cómo! Nuestro padre nunca nos habló de su hermana Teresa.
  Tía Teresa – Les voy a contar una historia, que seguramente ni mi hermano Felipe lo sabía.
   Sofía - ¿Por qué vino esta noche?
  Tía Teresa – Me enteré que hoy se leía el testamento de mi hermano. Pero les voy a contar primero mi triste historia familiar.
   José - ¡Por favor señora, sea breve!
  Tía Teresa – Les digo que soy la hermana menor. Fui la hija no querida de mis padres. Mi hermana Juana, me hizo la vida imposible.
   Sofía – Esta noche nos visitó fugazmente la tía Juana. ¿Por qué  no se acordó de Ud. para nada?
   Tía Teresa -  Por supuesto, como se va acordar de mí, si me echó de mi casa paterna cuando yo tenía diez años. 
   Antonio - ¿Y a dónde fue?
   Tía Teresa – Me refugié, en la casa de una amiga de mi madre, quien fue la que me crió y se  preocupó por mi futuro.  Todo fue una gran pesadilla.
   José – Toda su historia la comprendemos, pero debemos continuar con la lectura de la carta.
  Tía Teresa – Está muy bien, a mi también me interesa.
  José – Te agradezco Martina que continúes.
 
   Un breve silencio en la sala por algunos minutos, y nuevamente Martina, comenzará la lectura.